Podemos empezar analizando los numerosos símbolos ligados a la vida y a la muerte, a la fatalidad de la misma:
A lo que acontece, nombramos los objetos que Lorca utiliza como símbolos de violencia en su obra, que son la navaja, el cuchillo y el puñal, instrumentos ligados a sacrificios en las religiones arcaicas.
Y apenas cabe en la mano.
pero que penetra frío
por las carnes asombradas
y allí se para, en el sitio
donde tiembla enmarañada
la oscura raíz del grito.
(Las vecinas, arrodilladas en el suelo, lloran.)
La corona de azahar, que se convierte en corona de espinas, de una especie de sacrificio para la Novia que se la coloca en el momento en que va a ser casada con el Novio. También alude a la clausura, el encierro del que no puede escapar nuestra protagonista femenina.
Novia: (Se mira en el espejo) Trae. (Coge el azahar y lo mira y deja caer la cabeza abatida.)
Criada: ¿Qué es esto?
Novia: Déjame.
Otro elemento fundamental en la obra es La Luna, símbolo que rige el nacimiento y la muerte. Es la receptora de la vida, símbolo de la fecundidad universal y también algo destructor.
Luna:
ojo de las catedrales,
alba fingida en las hojas
soy; ¡no podrán escaparse!
¿Quién se oculta? ¿Quién solloza
por la maleza del valle?
La luna deja un cuchillo
abandonado en el aire,
que siendo acecho de plomo
quiere ser dolor de sangre.
¡Dejadme entrar! ¡Vengo helada
por paredes y cristales!
¡Abrid tejados y pechos
donde pueda calentarme!
¡Tengo frío! Mis cenizas
de soñolientos metales
buscan la cresta del fuego
por los montes y las calles.
Pero me lleva la nieve
sobre su espalda de jaspe,
y me anega, dura y fría,
el agua de los estanques.
Pues esta noche tendrán
mis mejillas roja sangre,
y los juncos agrupados
en los anchos pies del aire.
¡No haya sombra ni emboscada.
que no puedan escaparse!
¡Que quiero entrar en un pecho
para poder calentarme!
¡Un corazón para mí!
¡Caliente!, que se derrame
por los montes de mi pecho;
dejadme entrar, ¡ay, dejadme! (A las ramas.)
No quiero sombras. Mis rayos
han de entrar en todas partes,
y haya en los troncos oscuros
un rumor de claridades,
para que esta noche tengan
mis mejillas dulce sangre,
y los juncos agrupados
en los anchos pies del aire.
¿Quién se oculta? ¡Afuera digo!
¡No! ¡No podrán escaparse!
Yo haré lucir al caballo
una fiebre de diamante.
Elemento importante es también La sangre, vehículo de la pasión, del instinto de la muerte. Calor vital y corporal.
Mendiga:
Flores rotas los ojos, y sus dientes
dos puñados de nieve endurecida.
Los dos cayeron, y la novia vuelve
teñida en sangre falda y cabellera.
Cubiertos con dos mantas ellos vienen
sobre los hombros de los mozos altos.
Así fue; nada más. Era lo justo.
Sobre la flor del oro, sucia arena.
El río y El Agua que simbolizan el fluir de la vida, la purificación del alma.
Podemos citar también a la madre, simbolizada como La Tierra que es la función maternal, la fecundidad.
Seguiremos nuestros análisis de símbolos centrándonos en los que aluden a la propia naturaleza a los seres vivos que en ella hay:
Como principal símbolo de este grupo, destacamos El Caballo, en el que Leonardo es identificado por representar la virilidad, la pasión erótica y la masculinidad. Es también un presagio de muerte, pero también alude al sexo.
Leonardo:
¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
Porque yo quise olvidar
y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía.
Es verdad. ¿No lo recuerdas?
Y cuando te vi de lejos
me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo
y el caballo iba a tu puerta.
Con alfileres de plata
mi sangre se puso negra,
y el sueño me fue llenando
las carnes de mala hierba.
que la culpa es de la tierra
y de ese olor que te sale
de los pechos y las trenzas.
La Serpiente es símbolo de traición, de malicia, pecado y envidia.
El Toro es otro de los animales que se identifica con la fuerza del hombre. Aunque en algunos ritos es sacrificios de muerte.
La Paloma simboliza a la mujer, la pureza, la bondad, la inocencia... .
En cuanto a plantas, podemos citar hasta ocho clases que simbolizan a algún aspecto de la obra:
El Laurel que simboliza la eternidad, la inmortalidad del hombre. Arbusto consagrado a Apolo. Simboliza también la corona de laurel que otorgaban a los vencedores de carreras en la antiguedad clásica por la victoria conseguida.
Criada: (La besa entusiasmada y baila alrededor)
Que despierte
con el ramo verde
La Serpiente es símbolo de traición, de malicia, pecado y envidia.
El Toro es otro de los animales que se identifica con la fuerza del hombre. Aunque en algunos ritos es sacrificios de muerte.
La Paloma simboliza a la mujer, la pureza, la bondad, la inocencia... .
En cuanto a plantas, podemos citar hasta ocho clases que simbolizan a algún aspecto de la obra:
El Laurel que simboliza la eternidad, la inmortalidad del hombre. Arbusto consagrado a Apolo. Simboliza también la corona de laurel que otorgaban a los vencedores de carreras en la antiguedad clásica por la victoria conseguida.
Criada: (La besa entusiasmada y baila alrededor)
Que despierte
con el ramo verde
del laurel florido.
¡Que despierte
por el tronco y la rama
de los laureles!
La Adelfa y El Musgo simbolizan la muerte.
La Dalia simboliza la paz, la armonía y la tranquilidad.
El Jazmín es la flor de la Virgen maría, es decir, simboliza la pureza de la mujer.
El Geranio señala la erección del hombre, símbolo de masculinidad.
Dos hombres que eran dos geranios.
La rosa es símbolo de amor, de pasión, de regeneración.
Y por último, las flores secas que aluden a una muerte próxima:
Leñador 3:
¡No cubras de flores la boda!
Leñador 2:
¡Ay triste muerte!
Deja para el amor la rama verde
Leñador 1:
¡Ay muerte mala!
¡Deja para el amor la verde rama!
Para terminar con la simbología en la obra Lorquiana, hay que hacer una breve aclaración sobre los colores que en ella aparecen como el color amarillo, símbolo de muerte; el color verde, que alude a la vegetación, a la fatalidad y a una muerte amarga; y, por último, el blanco, color que simboliza la pureza.
Bibliografía: Apuntes de Álvarez de Miranda (simbología de Lorca)
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