“La paz perpetua habla menos del terrorismo que de los dilemas que la lucha contra el terrorismo nos plantea. Es una revisión de valores que hasta hace poco parecían incuestionables.”
Juan Mayorga
Esta obra, del escritor Juan Mayorga, ofrece una reflexión sobre el tratado del mismo nombre del filósofo, sociólogo, metafísico y crítico alemán Inmanuel Kant, que en 1795 ya hablaba de la paz no como una utopía sino como una posibilidad real.
La obra presenta a cuatro perros y un humano, quienes aportan elementos para reflexionar acerca de los límites de la violencia y la justicia con el objeto de conservar el orden establecido. El autor explica que ha elegido como protagonistas a tres perros ya que las mejores enseñanzas que hemos obtenido a lo largo de la historia han sido a través de las fábulas, protagonizadas por animales, las cuales terminan con una moraleja, breve pero llena de sabiduría.
"Que los personajes sean perro y hombre es una propuesta imaginativa del autor que hemos resuelto en escena con un concepto clave que fue el detonante; no son perros, son canes bípedos"
Los tres perros son evaluados por un Humano y Casius, un perro que ha logrado sobrevivir a toda clase de combates. Disfruta de una competencia para obtener un collar blanco, que significa la aceptación de entrada a un grupo anti-terrorista (K7).
Discuten temas como libertad, democracia y derechos humanos, entre otros.
Este lenguaje utilizado caracteriza a cada personaje y a las situaciones dramáticas y los argumentos que hacen que éstas se desarrollen. En la obra entran en conflicto dos discursos morales, abordados por Enmanuel y el humano, los cuales no serían justificables de no existir la propia realidad, la vida representada, las experiencias vividas, es decir, que la necesidad del mal está justificada por la existencia de un lenguaje que pide un escape de las normas que quieren ser infringidas momentáneamente. Esta forma de expresarse y de pensar se tienen tanto en cuenta a la hora de las entrevistas que realiza Casius como las cualidades caninas de nuestros protagonistas para entrar en el K7, pues reproducen verbalmente las razones de la existencia de un núcleo anti-terrorista con sus propias vivencias antes de llegar al K7.
El terrorismo viene dado por la violencia misma. Enmanuel representa al sector de la sociedad que ha sufrido un ataque terrorista, y así lo demuestra en su entrevista con Casius al recordar el accidente de su fiel y amiga Isabel:
[...] No me separé de ella hasta que llegó su padre. Al verlo allí, abrazando a Isabel, abrazado a lo que quedaba de Isabel, me juré que tenía que hacer algo. [...] No quiero quitarme esa imagen de la cabeza. No quiero olvidar
Ya desde el comienzo de la acción se observa el enfrentamiento entre Odín y Enmanuel al tener diferentes formas de pensar y lenguajes:
Enmanuel -¿Puedes ayudarme, amigo? Estoy enfermo.
Odín -Ni yo soy tu amigo ni tú estás enfermo. […]Nos drogaron. Es lógico.
Enmanuel -¿Qué es lógico? ¿Que nos droguen?
Odín -No quieren que sepas dónde estás. Es lógico.
[…]
Enmanuel -Mi nombre es Enmanuel.
Ofrece su mano a ODÍN que la ignora.
Se observa cómo Odín es frío y prefiere guardar una lejanía emocional con su contrincante ya que está en un lugar en el que o sales vencedor o mueres, tal y como le dice a su otro contrincante John-John:
Sólo el ganador saldrá de aquí, con un collar blanco […] dos seremos convertidos en salchichas.
Odín piensa que los perdedores no saldrán vivos de allí ya que no permitirán que salgan a contar al mundo lo que han vivido y visto.
También vemos cómo Odín crea esa reacción violenta en John-John diciéndole nada más despertarse que no pise su zona:
John-John -Mira dónde pones la cola. ¿No ves las marcas?
Odín -¿Te refieres a eso? ¿Cómo te atreves a poner marcas en mi zona?
[…]
John-John: Voy a contar hasta tres. Luego voy a limpiar mi zona. Voy a sacar de mi zona toda la basura que encuentre.
Después cada prueba, Odín intenta ridiculizar a su contrincante con apelativos humillantes como “princesa” o “corazón”, y también intenta hacer un pacto con Enmanuel para acabar con John-John:
[...]
Odín - […] A ese tío le sobra músculo, pero tiene menos calle que Venecia. Entre tú y yo vamos a convencer a ese primavera de que este no es lugar para un campeón como él. Que podría forrarse en esos concursos de belleza para perros maricones. […] ¿Qué me dices?
Enmanuel -Que gane el mejor. Si John-John es el mejor, debe ganar él.
Observamos en este diálogo que Enmanuel quiere ser justo y no entrar al trapo de lo que Odín le propone para sabotear a John-John.
Odín, más tarde lo intentará de nuevo pero esta vez con John-John, alegando que los insultos que él mismo ha dicho los refirió Enmanuel de él.
Sin embargo, el lenguaje utilizado por John-John muestra a un ser incapaz de pensar con autoridad, y esto se observa en las repeticiones de palabras, intentando memorizarlas, ya que él necesita convertir en acción el pensamiento:
John-John - ¿Y? ¿Quién ha ganado? ¿Cuánto más tendremos que esperar? Me prepararon para la acción, no para estar esperando.
En otro nivel comunicativo se ubica Enmanuel quien, por medio de su lenguaje, intenta recrear el mundo coherentemente. La apuesta comunicativa de Enmanuel se basa en la confianza del individuo con su propia responsabilidad en cuanto a pensar y actuar.
Enmanuel es capaz de ver las intenciones y actitudes malas en las palabras de Odín y desenmascarar su mecanismo comunicativo o nivel comunicativo se ubica Enmanuel quien, por medio de su lenguaje, intenta recrear el mundo coherentemente. La apuesta comunicativa de Enmanuel se basa en la confianza del individuo con su propia responsabilidad en cuanto a pensar y actuar.
Enmanuel -Si hubieses visto la sangre de los inocentes, no hablarías como hablas.
Odín -No conozco a nadie inocente.
Enmanuel -Eres un cínico. […]
Odín -<<Cínico>> Me gusta. Suena bien: <<Odín, el cínico>>.
Enmanuel -A ti no te han querido mucho, ¿eh?
Bibliografía:
Esta obra, del escritor Juan Mayorga, ofrece una reflexión sobre el tratado del mismo nombre del filósofo, sociólogo, metafísico y crítico alemán Inmanuel Kant, que en 1795 ya hablaba de la paz no como una utopía sino como una posibilidad real.
La obra presenta a cuatro perros y un humano, quienes aportan elementos para reflexionar acerca de los límites de la violencia y la justicia con el objeto de conservar el orden establecido. El autor explica que ha elegido como protagonistas a tres perros ya que las mejores enseñanzas que hemos obtenido a lo largo de la historia han sido a través de las fábulas, protagonizadas por animales, las cuales terminan con una moraleja, breve pero llena de sabiduría.
La paz perpetua tiene como protagonistas a cuatro perros a los
que el autor ha investido de características humanas en cuanto a
su capacidad de razonar y sentir.
"Que los personajes sean perro y hombre es una propuesta imaginativa del autor que hemos resuelto en escena con un concepto clave que fue el detonante; no son perros, son canes bípedos"
José Luis Gómez
Odín, un Rottweiler impuro, poseedor de un gran olfato, con un historial de supervivencia en las calles, una vida dura que hace de este perro un cínico mercenario que se vende al mejor postor.
John-John, un cruce de varias razas, un perro con estudios profesionales de alto nivel, diseñado especialmente para destacar en actividades anti-terroristas. Joven, ágil y fuerte, es también inexperto e ignorante.
Y por último, tenemos a Enmanuel, un perro pastor alemán que se desempeña como guía de Isabel, una joven ciega, estudiante de filosofía, quien es asesinada en un acto terrorista. Es un animal reflexivo y cita a Kant, Pascal y otros filósofos y trae a discusión la existencia de Dios y la libertad.
Odín, un Rottweiler impuro, poseedor de un gran olfato, con un historial de supervivencia en las calles, una vida dura que hace de este perro un cínico mercenario que se vende al mejor postor.
John-John, un cruce de varias razas, un perro con estudios profesionales de alto nivel, diseñado especialmente para destacar en actividades anti-terroristas. Joven, ágil y fuerte, es también inexperto e ignorante.
Y por último, tenemos a Enmanuel, un perro pastor alemán que se desempeña como guía de Isabel, una joven ciega, estudiante de filosofía, quien es asesinada en un acto terrorista. Es un animal reflexivo y cita a Kant, Pascal y otros filósofos y trae a discusión la existencia de Dios y la libertad.
Los tres perros son evaluados por un Humano y Casius, un perro que ha logrado sobrevivir a toda clase de combates. Disfruta de una competencia para obtener un collar blanco, que significa la aceptación de entrada a un grupo anti-terrorista (K7).
Discuten temas como libertad, democracia y derechos humanos, entre otros.
En relación al tema que nos compete, que es la violencia en esta obra, en primer lugar hay que darle un papel principal al lenguaje utilizado en la obra, que hace que ésta sea más palpable desde el comienzo de la acción y que dé pie a situaciones de agotamiento y de desesperación que provoquen el mal humor entre los personajes caninos: Odín, Enmanuel y John-John.
Este lenguaje utilizado caracteriza a cada personaje y a las situaciones dramáticas y los argumentos que hacen que éstas se desarrollen. En la obra entran en conflicto dos discursos morales, abordados por Enmanuel y el humano, los cuales no serían justificables de no existir la propia realidad, la vida representada, las experiencias vividas, es decir, que la necesidad del mal está justificada por la existencia de un lenguaje que pide un escape de las normas que quieren ser infringidas momentáneamente. Esta forma de expresarse y de pensar se tienen tanto en cuenta a la hora de las entrevistas que realiza Casius como las cualidades caninas de nuestros protagonistas para entrar en el K7, pues reproducen verbalmente las razones de la existencia de un núcleo anti-terrorista con sus propias vivencias antes de llegar al K7.
El terrorismo viene dado por la violencia misma. Enmanuel representa al sector de la sociedad que ha sufrido un ataque terrorista, y así lo demuestra en su entrevista con Casius al recordar el accidente de su fiel y amiga Isabel:
[...] No me separé de ella hasta que llegó su padre. Al verlo allí, abrazando a Isabel, abrazado a lo que quedaba de Isabel, me juré que tenía que hacer algo. [...] No quiero quitarme esa imagen de la cabeza. No quiero olvidar
Ya desde el comienzo de la acción se observa el enfrentamiento entre Odín y Enmanuel al tener diferentes formas de pensar y lenguajes:
Enmanuel -¿Puedes ayudarme, amigo? Estoy enfermo.
Odín -Ni yo soy tu amigo ni tú estás enfermo. […]Nos drogaron. Es lógico.
Enmanuel -¿Qué es lógico? ¿Que nos droguen?
Odín -No quieren que sepas dónde estás. Es lógico.
[…]
Enmanuel -Mi nombre es Enmanuel.
Ofrece su mano a ODÍN que la ignora.
Se observa cómo Odín es frío y prefiere guardar una lejanía emocional con su contrincante ya que está en un lugar en el que o sales vencedor o mueres, tal y como le dice a su otro contrincante John-John:
Sólo el ganador saldrá de aquí, con un collar blanco […] dos seremos convertidos en salchichas.
Odín piensa que los perdedores no saldrán vivos de allí ya que no permitirán que salgan a contar al mundo lo que han vivido y visto.
También vemos cómo Odín crea esa reacción violenta en John-John diciéndole nada más despertarse que no pise su zona:
John-John -Mira dónde pones la cola. ¿No ves las marcas?
Odín -¿Te refieres a eso? ¿Cómo te atreves a poner marcas en mi zona?
[…]
John-John: Voy a contar hasta tres. Luego voy a limpiar mi zona. Voy a sacar de mi zona toda la basura que encuentre.
Después cada prueba, Odín intenta ridiculizar a su contrincante con apelativos humillantes como “princesa” o “corazón”, y también intenta hacer un pacto con Enmanuel para acabar con John-John:
[...]
Odín - […] A ese tío le sobra músculo, pero tiene menos calle que Venecia. Entre tú y yo vamos a convencer a ese primavera de que este no es lugar para un campeón como él. Que podría forrarse en esos concursos de belleza para perros maricones. […] ¿Qué me dices?
Enmanuel -Que gane el mejor. Si John-John es el mejor, debe ganar él.
Observamos en este diálogo que Enmanuel quiere ser justo y no entrar al trapo de lo que Odín le propone para sabotear a John-John.
Odín, más tarde lo intentará de nuevo pero esta vez con John-John, alegando que los insultos que él mismo ha dicho los refirió Enmanuel de él.
A continuación, después de la segunda prueba en la que les hacen varias preguntas y una de ellas consiste en definir el terrorismo, Odín le comenta a John-John que la ha dejado en blanco, ya que le parece una trampa del ser humano para así eliminar a alguno de los tres perros. Aunque después de observar el lenguaje y los comportamientos que utiliza Odín, sabemos que no hubiera sido eliminado en el caso en el que hubiera definido el concepto terrorismo. Hemos comprobado que una de sus cualidades es estar en alerta de cualquier peligro, en este caso, los contrincantes que tiene para conseguir el collar blanco y entrar en el K7, y esta es la principal cualidad que este grupo anti-terrorista busca entre sus trabajadores.
Sin embargo, el lenguaje utilizado por John-John muestra a un ser incapaz de pensar con autoridad, y esto se observa en las repeticiones de palabras, intentando memorizarlas, ya que él necesita convertir en acción el pensamiento:
John-John - ¿Y? ¿Quién ha ganado? ¿Cuánto más tendremos que esperar? Me prepararon para la acción, no para estar esperando.
En otro nivel comunicativo se ubica Enmanuel quien, por medio de su lenguaje, intenta recrear el mundo coherentemente. La apuesta comunicativa de Enmanuel se basa en la confianza del individuo con su propia responsabilidad en cuanto a pensar y actuar.
Enmanuel es capaz de ver las intenciones y actitudes malas en las palabras de Odín y desenmascarar su mecanismo comunicativo o nivel comunicativo se ubica Enmanuel quien, por medio de su lenguaje, intenta recrear el mundo coherentemente. La apuesta comunicativa de Enmanuel se basa en la confianza del individuo con su propia responsabilidad en cuanto a pensar y actuar.
Enmanuel -Si hubieses visto la sangre de los inocentes, no hablarías como hablas.
Odín -No conozco a nadie inocente.
Enmanuel -Eres un cínico. […]
Odín -<<Cínico>> Me gusta. Suena bien: <<Odín, el cínico>>.
Enmanuel -A ti no te han querido mucho, ¿eh?
Bibliografía:
Lectura de La paz perpetua, Juan Mayorga.
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